Eso de un clavo saca otro clavo es una de las afirmaciones que más oimos de l@s amig@s cuando nos destrozan el corazón pero, en mi caso nunca fue necesario que me hicieran daño para tomar esa decisión.

Aunque... Veamos. Cuando era una cría de 11 o 12 años estaba enamoradísima de Juan Luis, y claro ya se sabe que en esas edades comienzan los jueguitos de la botella (borracha) y esas cosas. El caso es que un día estabamos jugando todos y la botella cayó en Juan Luis. En mi interior pedí a todos los panteones habidos y por haber que le mandaran besarme pero, a la vez me moría de miedo. Cuando le mandaron besar a otra niña (Rayos, mi cerebro ha bloqueado su nombre) casi me da un síncope pero, comencé a tramar mi venganza. Había un chico que no era de nuestro grupo que me hacía ojitos pero, yo leal a mi amiga J prometí que no le haría ni caso. Sin embargo rompí la promesa porque Juan Luis había besado a otra niña. Me convertí en la niña más envidiado porque había besado al chico por el que casi todas morían (casi todas menos yo que moría por Juan Luis) pero, sin embargo J, la prima de Juan Luis se enfado mucho conmigo y a los ojos de Juan Luis perdí toda posibilidad.

Así empezo el descenso a un mundo de traiciones, venganzas, robarle el novio a otra, y estar con alguien porque si...

"Lasciate ogne speranza, voi ch'intrate...

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Aquí vendrá escrito todo aquello que sucedió antes de conocer a quien le ha dado sentido, estabilidad y control a mi vida.

Lo que estará reflejado aquí forma parte del pasado y todo lo relacionado con esas épocas alocadas, salvajes y promis... prometedoras. (*ejem*)

Necesitaba escribir sobre eso. Espero que le sirva de algo a alguien.

Bleh! Y doble bleh!

Etiquetas: Inicio, Lima

| 8:53