Hoy estuvimos juntos otra vez. No podía creer cuanto tiempo había pasado sin que sintiese esos brazos estrujándome y dejandome sin aliento, esa respiración en mi cuello, esos labios ansiosos buscando los míos, esos ojos rasgados, esa nariz larga y esa sonrisa que se incrusta en mi pecho y no quiere salir más.
Hoy estuvimos juntos como hace tiempo y mientras caminabamos de la mano caí en la cuenta que quería que durase para siempre. Que tus manos me daban una energía inusitada y nueva y que sentía que quería estar contigo siempre.
Y jamás soltarte.
Y no despertar más.
Pero, he despertado y no estás aquí. Y otros labios me han besado y otros brazos me estrujaron y sólo me queda soñarte nuevamente y oir tu voz cuando hablemos de cosas sin sentido por teléfono.
Le había visto en sueños y me había enamorado de él. Fue entonces cuando decidí que había de buscarle costase lo que costase.
Le busqué y creí hallarle en todos aquellos que se me acercaban pero, ninguno era como él. Ninguno tenía esa mirada pura, ni ese porte majestuoso, ni ese andar elegante, ni ese cuerno prominente. El unicornio del que me había enamorado era único y no había otro como él. A decir verdad no había ningún unicornio en millas a la redonda. Todos los que se habían acercado a mi habian tratado de parecerse a mi unicornio pero, tan sólo eran humanos o en el peor de los casos caballos sin stud.
Los unicornios son animales mágicos que desprenden un halo de pureza. Dicen los estudiosos que sólo se dejarán montar por una doncella que se encuentre sentada a la sombra de un roble.
Había pasado muchos años y muchas relaciones buscando a mi unicornio hasta que un día cansada ya de buscar me asenté en una vida gris, lejos de los bosques y de toda magia. Y fue entonces cuando le ví, al otro lado del reflejo de un estanque. Poco a poco fue acercándose a mi, con su andar elegante, con aquella nobleza en la mirada, con esa pureza tan hiriente.
Me acerqué también a él. Le acaricié el lomo. Era tan suave y tan blanco que enceguecía y hería mi vista.
Le miré a los ojos y me perdí en ese pozo sin fondo de sinceridad y pureza.
Le besé en la frente y temblorosa dirigí mi mano a su poderosa cornamenta. Estaba nerviosa.
De pronto me dí cuenta que su hermoso cuerno no era más que un enorme cucurucho de helado. Más, no me importó. Me había enamorado y además yo tampoco era una doncella.
Veo a través de la ventana y el cielo, nuevamente gris es lo único que me indica que aun estamos en invierno. El pijama que llevo puesto es un pantalón corto de verano y el calor que me invade no es propio del clima actual.
Bebo lentamente un poco de zumo de naranja del frigorífico. Trato de despejarme. Enciendo un cigarrillo y lo apago. Bebo una taza de café. Me siento a ver las noticias. Nadie parece hablar de la muerte de mi corazón ni del creciente conflicto entre mi cerebro y el desenfreno de mi sangre hirviendo.
Tengo ganas de ver la primavera. De sentir el olor a tierra húmeda y del inicio de rituales para encontrar pareja antes del verano.
Si yo ya tengo pareja pero, no quita que me guste apreciar con deleite las nuevas colecciones.
The stranger sang a theme From someone else’s dream The leaves began to fall And no one spoke at all But I can’t seem to recall When you came along Ingenue
Ingenue I just don’t know what to do
The tree-lined avenue Begins to fade from view Drowning past regrets In tea and cigarettes But I can’t seem to forget When you came along Ingenue
Today's Madness:{Falling in love, again (and again, and again...)}
Me enamoro todos los días. Todos! Y cuando digo todos los días no me refiero a día si, dia no. No es una licencia poética. No. Me enamoro todos los días porque es superior a mi.
Antes era algo terrible porque este mal apreciado don, me impedía mantener alguna relación estable por más de 3 meses. Luego estuve con alguien por mucho, mucho tiempo no porque me enamorase si no porque me era imposible terminar con él. Si alguna vez habéis estado con alguien que se aferra a ti y que no te deja ir, entenderéis el punto. Sin embargo estar tanto tiempo con ese chico me preparó para una estabilidad real... hasta cierto punto. Ya que si bien sigo con la misma persona desde hace casi 7 años, he tenido momento en los que mandarlo a la mierda me ha parecido la opción más acertada.
Sin embargo, aquí estoy. Enamorándome cada día. A veces de él (casi siempre) y a veces de algún otro. Si, estoy enferma. Lo sé pero, eso no me detiene ni me hace infeliz. Y a él tampoco, al menos no todos los días. Y sin embargo él si que logra enamorarme casi, todos los días.
Como en 50 primeras citas. Sólo que yo no tengo un video que me recuerde como nos conocimos y nos enamoramos y tengo que tratar de rescatar esos recuerdos del laberinto que es mi cabeza.
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